Aire frío
Me piden que explique por qué temo las corrientes de aire frío , por qué tiemblo más que otros al entrar en una habitación fría. Parece como si sintiera náuseas y repulsión cuando el fresco viento del ocaso se desliza entre la calurosa atmósfera de un apacible día otoñal. Según algunos, reacciono frente al frío como otros lo hacen frente a los malos olores, impresión que no negaré. Lo que haré es referir el caso más espeluznante que me ha sucedido , para que ustedes juzguen en consecuencia si constituye o no una razonada explicación de esta particularidad. Es una equivocación creer que el horror se asocia íntimamente con la oscuridad, el silencio y la soledad . Yo lo sentí en plena tarde, en pleno ajetreo de la gran urbe y en medio del bullicio propio de una destartalada y modesta pensión, en compañía de una prosaica patrona y dos fornidos hombres . En la primavera de 1923 había conseguido un trabajo monótono y mal pagado en una revista de la ciudad de Nueva York; y viéndome imposibi